Artículo publicado en la revista Universo Holístico. Nº 50, pág. 12. Junio 2012.
Hace unos años, fui a dar un curso en una casa rural y recuerdo que nada más entrar, me invadió una sensación entrañable, de armonía, de paz.
Me preguntaba qué tenía aquel lugar, para que me provocara esa sensación única. Más tarde, me di cuenta de que, la Magia, estaba en la cocina. En ella, durante los preparativos de lo que serían posteriormente deliciosos platos vegetarianos, ponían un aditivo extraordinario: las voces de los que ocupaban ese Espacio Sagrado se unían para cantar Mantras durante todo el tiempo que les llevaba la elaboración de la comida…y allí estaba el resultado. Cuando entré en la casa, algo Único y Mágico flotaba en el ambiente…
¡Era la Energía de la vibración que resonaba en todo!
La alimentación es nuestra principal fuente de energía, es lo que nos nutre y nos llena de vida. La cocina, en relación con el alimento, debería considerarse un ámbito sagrado. De la alimentación depende nuestra salud. Por eso, en mi consulta de Reflexoterapia Podal propongo a mis pacientes que, además de la terapia que reciben, modifiquen su manera de comer, de una manera sencilla y sin sufrimiento. Me gusta que la gente se interese por la alimentación y tome conciencia de su importancia. Desde el punto de vista profesional y terapéutico, no trato la alimentación como una dieta y, sólo a veces, como un tratamiento. Por encima de todo, contemplo la alimentación como algo que uno ha de aprender para saber aplicarlo en su vida de forma habitual.
El hábito se crea en 21 días.
La alimentación es totalmente un aprendizaje y un hábito. Si desde pequeño te acostumbran a tomar de todo, y de manera ordenada, lo tienes más fácil, si no, en general va a costar abandonar las viejas costumbres. Los patrones de comportamiento de los padres nos marcan también con respecto a la comida. Estos patrones, son sinónimo de genética, en la infancia se produce una grabación no sólo de lo que has tomado de pequeño sino de lo que le gustaba a tu madre desde que era pequeña, eso es lo que sacia, lo que gusta, lo que nutre, emocionalmente hablando. Cambiar los hábitos alimenticios es algo a priori difícil, pero difícil no significa imposible. En mi consulta suelo tener éxito con los cambios que propongo a los pacientes, para empezar porque tengo un gran convencimiento de lo que estoy haciendo y porque no soy impositiva. Cada uno asume la responsabilidad de cambiar o no. Mi técnica es adaptar el cambio, a lo que la persona es capaz de admitir en cada momento, buscar alternativas sencillas y cómodas a la alimentación a la que está acostumbrado, tener en cuenta su manera de vivir y sus posibilidades reales de donde puede comer, ya que no es lo mismo poder comer en casa, que en la oficina, o en el bar de la esquina.
Cuando un paciente llega con sentimiento de culpa por no haber cumplido con las indicaciones que le di, respondo, “no pasa nada, no te mandé nada, es una elección que debes hacer tú”. Yo te planteo algo y tú tienes la opción y la libertad de decidir si comes bien o mal. El resultado es tu derecho y tu responsabilidad.
Libertad, derecho y responsabilidad se dan la mano. Cada quien debe encontrar su forma de comer porque, igual que el trabajo, el ocio o la sexualidad, la alimentación, depende de los gustos. Si eres una persona muy visual te gustará que el plato esté bonito. A mí me alimenta el doble si como en una mesa bien decorada, si los alimentos tienen colorido, y la presentación de estos en el plato, es armónica y bella y si es posible, compartida con personas a las que quiero. Si como sola, no voy a dejar de alimentarme, pero para mí, el acto de comer tiene esa importante connotación emocional y de belleza.
Hay a quien le cuesta mucho dejar de comer fruta después de la comida, pero cuando aprenden que es contraproducente porque los azúcares y el agua que contienen estos alimentos, hacen que el resto de la comida fermente en el estómago, poco a poco, podrán ir cambiando esa costumbre e ir comprobando las ventajas de separar los alimentos. Lo importante es no imponer soluciones drásticas, no pretender crear obligaciones que producen rechazo. Comenzar por pequeños cambios es un gran paso. Cuando tienes incorporado el pan integral, incluyes el arroz integral, posteriormente la pasta, comienzas a tomarlo una vez por semana hasta poder hacerlo varias veces a la semana, después incluyes una proteína vegetal y, más adelante, las algas. Así se van integrando los nuevos sabores y se va modificando toda la forma de comer, de alimentarse y de cuidarse.
A veces grandes Naturistas-Dietistas me preguntan que cómo hago para introducir una nueva forma de alimentación en los pacientes. Siempre contesto, porque estoy convencida de ello y que hay que tener en cuenta que con Terapia Reflexológica resulta más fácil llegar a la persona, es una forma fácil de “tocarles emocionalmente”. Es una forma cercana de tratar a otro ser humano, muy eficaz para movilizar sus emociones, sus miedos, sus bloqueos y sus dificultades con ese sencillo acto de “tocarles los pies” Es un tratamiento con el que yo voy viendo, muy de cerca, cómo la persona va reaccionando.
Como Reflexóloga Integral, es más sencillo ayudar a alguien a que cambie su forma de alimentarse, que para un médico que está detrás de una mesa y que explica en un papel lo que se tiene que hacer.
Yo acompaño en el cambio a la persona, le devuelvo su responsabilidad para que, paulatinamente, se vaya creando en ellos esa consciencia. Hasta que llega el día en que dejan de pasarme “la pelota de su salud” a mí y dejan de apoyarse en el consumo de complementos alimenticios.
He conocido a bastantes personas con un índice de ansiedad muy alto con respecto a la comida o en general, que conforme han ido cambiando hacia la alimentación macrobiótica o vegetariana equilibrada, en cuanto a los hidratos de carbono, proteínas y todos los principios inmediatos que son necesarios, han ido mejorando su estado no sólo fisiológico, sino también emocional. A nivel bioquímico, los productos integrales son de metabolismo lento, lo que significa que la glucosa que contienen llega en forma de curva al cerebro y no de pico. Esto hace que se mantenga la curva de energía mucho más tiempo y por tanto la sensación de saciedad que ayuda a mantener el equilibrio y la tranquilidad.
Mucha gente se relaja comiendo dulces pero si ese carbohidrato, en lugar de proceder de azúcar refinada, o de una mermelada que es azúcar con colorante básicamente, la logras de algo más natural, un pan nutritivo de grano integral con buena levadura y una compota casera, la diferencia es considerable en cuanto a la aportación de nutrientes.
Desde mi punto de vista profesional, las dietas más sanas son las que minimizan o excluyen completamente el consumo de carne, pescado y lácteos. En Ranvvai hacemos cursos de introducción a la alimentación sana y tenemos un Postgrado específico sobre alimentación para los alumnos formados con el Método Ranvvai-Isabel Pérez Broncano de Reflexología Podal Integral.
Dentro del curso de Reflexoterapia Podal Integral, doy también pautas básicas y explico en qué consisten las distintas variantes Vegana, Vegetariana, Ovo-Lácto-Vegetariana, Disociada y Macrobiótica.
- La alimentación Vegana incluye sólo productos que no sean de procedencia animal como cereales, legumbres, hortalizas y frutas.
- La alimentación Ovo-Lácto -Vegetariana, añade a los vegetales, huevos y lácteos.
- La Dieta Disociada tiene como función mantener un equilibrio óptimo del ph ácido-básico entre los alimentos, de forma que el organismo los pueda asimilar mejor. Para ello establece la división de tres grupos de alimentos que no se deben mezclar entre sí.
- La Macrobiótica está basada en la medicina china y el budismo zen, donde salud es sinónimo del equilibrio entre los principios yin (femenino: frío y oscuro) y yang (masculino: caliente y luminoso), los cuales están presentes en toda la naturaleza. Principalmente utiliza cereales integrales, da mucha importancia a las algas, incluye hortalizas, vegetales, y legumbres en menor medida. Esta forma de alimentación excluye la proteína animal en el caso de ser utilizada para tratar enfermedades importantes.
3 X 8 = 24
Cuidar tu alimentación es cuidar de tu salud. Si tienes un suéter de lana, lo lavas con el detergente adecuado, ¿o no? A nadie se le ocurre no asearse o no lavar la ropa. Entonces, ¿Por qué descuidamos nuestra alimentación? Como mínimo deberíamos comer 4 veces al día, son 4 oportunidades que tienes de cuidarte, y si lo haces con productos biológicos, aún mejor, un buen pan integral, un buen aceite, verduras y hortalizas frescas, cereales etc.
Hoy en día la tendencia es olvidar lo que es vital para nuestro bienestar y darle importancia a otras cosas más superficiales. Se está perdiendo la manera tradicional de alimentarse, sentado, con tranquilidad, masticando, disfrutando de la comida. Creo que debemos conservar el rito de cocinar, recuperar el gusto por elaborar los platos. Por suerte, cada vez conozco a más personas que hacen el pan en casa o que cocinan artesanalmente, y no necesariamente son personas desocupadas o que no trabajan.
En nuestra sociedad parece que sólo debemos trabajar. Pero la vida se divide en 3 partes muy delimitadas: trabajo, descanso y ocio. Decía Michio Kushi el gran Maestro de Macrobiótica, que 3 x 8 = 24, es decir, que a cada parte de la vida le correspondería un tercio del día. El ocio debe incluir el cuidado por uno mismo, esto no forma parte del descanso; el descanso es fundamentalmente dormir, bien tomando una siesta o bien por la noche exclusivamente. El trabajo, debería ocupar 8 horas, sin embargo, ahora trabajamos 16, lo que se traduce en menos tiempo para el resto de nuestra vida. Y no hablemos ya de cocinar, cuando no llegamos ni a mirarnos en el espejo, de donde también sacaríamos una información útil. Por ejemplo, por el estado de las bolsas de debajo de los ojos, sabríamos que no debemos ni beber en exceso ni tomar cosas frías, ellas, las bolsas, marcan cómo están nuestros riñones. Aprender a detectar estas señales consiste en interesarse más por la salud y no tanto por la estética.
Posiblemente, como consecuencia de este ritmo trepidante de vida que nos lleva a no saber ni quiénes somos, ha surgido un gran mercado de suplementos alimenticios que pretenden complementar e incluso llegar a sustituir la comida. Como los llamados Superalimentos, (Chlorella, Spirulina, Maca, Stevia, etc.) productos naturales, pero que no dejan de ser elementos externos y, por otro lado, una industria que nos aleja del placer de comer.
En el ámbito de la medicina complementaria, se han sustituido los medicamentos de farmacia por los complementos alimenticios con una proliferación de estos abrumadora, hasta el punto de que casi todo está ya en pastillas. ¿Hacia dónde vamos? ¿A alimentarnos con una píldora? ¿Con un sobre en un vaso de agua, en un minuto? Yo promulgo e insisto en que no se recurra a extras fuera de la alimentación. Con esto no quiero decir que no se tomen productos elaborados, sino que es más barato, más satisfactorio y más nutritivo comprar los alimentos y cocinarlos. Sin irnos a extremos de tener que tomar todo biológico, pero por lo menos, cambiar el bollo por la fruta, la carne y el pescado por legumbres, que además de ser mucho más baratas son más saludabes.
Otro elemento de ahorro es la cantidad. En general la gente come pescado y carne en grandes cantidades, cuando no es necesario. Lo importante es tomar los 8 aminoácidos esenciales de la proteína, pero no es importante comer un kilo de proteína. En general cualquier proteína derivada de la soja, del gluten, las legumbres, o los frutos secos, son grandes fuentes de proteínas vegetales y su mezcla equilibrada proporciona los aminoácidos necesarios. Tomar mucha proteína animal deriva en que necesitemos depurar mucho más el organismo y reclama la ingesta de alcohol, o de algo dulce para “compensar” semejante desequilibrio con un desequilibrio aún mayor.
Según las leyes de compensación, la explicación es que los azúcares refinados y los excitantes como el café y el chocolate son muy Yin y se toman para contrarrestar el Yang de la carne.
Poner atención a tu alimentación es mimarte, quererte, ocuparte de ti. Date esa oportunidad.
“El doctor del futuro, no dará medicinas, sino que interesará a sus
pacientes en el cuidado de la estructura humana,
en la dieta y en la causa y prevención de la enfermedad”
Thomas Edison.
Isabel Pérez Broncano.
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral.
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales.