¿Te has dado cuenta de que hay dichos populares que se contradicen? Seguro que muchas veces has escuchado estas dos frases: “El mundo está lleno de casualidades” y “Las casualidades no existen”… Sus ideas son contrarias, ¿verdad?
Te voy a contar a través de mi experiencia, por qué ambas de estas dos frases pueden ser verdaderas… Imagina por un momento que el mundo esté lleno de casualidades; imagínate caminando entre todas ellas, cientos, miles… sin embargo, tú las vas esquivando… Daría lo mismo que hubiera millones, ¿verdad? Para ti, a pesar de que el mundo estuviera lleno, las casualidades no existirían.
Ahora imagínate caminando por la calle, y que de repente ves una casualidad, esta vez no te rodean como antes… Solamente hay una, y tú sin embargo, sales corriendo tras ella hasta que la atrapas… Quizás no era una mera casualidad, sino algo que poco a poco has ido creando en tu mente y elaborado con tus pensamiento; consciente o inconscientemente has trabajando en ello, y un día, lo ves claro y decides ir a por ello.
Eso mismo, fue lo que me sucedió a mí con la Reflexología.
Si me sigues habitualmente, sabrás que comencé con un pequeño centro de belleza cuando era muy joven. En aquella época era muy raro encontrar un centro de belleza en el que usaran productos naturales, todos utilizaban las “famosas marcas” que se anunciaban una vez tras otra en televisión, y yo decidí apostar por lo contrario buscando para mis clientas productos naturales que no les dañaran y que a la vez, les pudieran aportar otro tipo de beneficios como los de la aromaterapia.
Un día, una de las firmas que me servía productos naturales, me ofreció asistir a un cursillo de Reflexología y desde ese momento, caí rendida a sus pies. Comencé a utilizar las bases reflexológicas con mis clientas, y eran ellas mismas las que me decían que además de mejorar su celulitis, retención de líquidos o lo que fuera, notaban que estaban mucho más relajadas y que en su día a día se cansaban mucho menos.
Desde ese momento, supe que mi futuro profesional iba a ser la Reflexología Podal costara lo que costara, es decir, corrí y corrí tras «mi casualidad» hasta que conseguí acercarme a ella y atraparla.
Estoy hablando de 35 años atrás, más o menos… En aquella época, no era sencillo encontrar formaciones de Reflexología, había muy pocas escuelas de terapias naturales donde formarte, tenías que moverte a otra ciudad a realizar los cursos, contando con la dificultad añadida de que no había el sistema de comunicaciones y las facilidades que tenemos hoy en día.
Lo bueno era que los poquitos profesionales que existíamos, estábamos totalmente conectados unos con otros, por lo que una vez entrabas en este mundillo, era sencillo continuar formándote con los mejores.
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Os aseguro que la mayoría de personas que prueban la Reflexoterapia Podal, se enamoran completamente de ella y de sus beneficios; eso sí, el tratamiento tiene que estar bien hecho, llevado a cabo por un profesional bien formado. Al contrario de lo que me sucedió a mí, ahora existen cientos y cientos de “Reflexólogos” que han hecho un taller de 5, 6, 20 o 40 horas y se ponen a impartir cursos u ofrecer consultas como si fueran profesionales.
Esta fue otra de las razones que me llevaron a crear los distintos cursos de formaciones que tenemos en Ranvvai.
Consideró que mi misión es lograr que los interesados en conocer la Reflexología, aunque sea lo más básico para realizar pequeñas sesiones relajantes a sus familiares y amigos, tengan la oportunidad de hacerlo de la manera más adecuada y fiable, sabiendo cómo colocar su cuerpo y sus manos, qué actitud deben tener, qué tipos de presiones han de realizar y dónde y cómo realizarlas. Sólo de esta manera, conseguiremos que la Reflexología ponga en marcha los mecanismos de autocuración del cuerpo. Solo de esta manera, lograremos que cada día sea una terapia más reconocida y apreciada.
En el caso de querer realizar tratamientos de manera profesional, desde mi entender, es indispensable tener en cuenta además del aspecto físico, los aspectos mentales, emocionales y energéticos de los pacientes. Esto lo refleja fielmente el Método Ranvvai, método con el que trabajo y con el que puedo formar a mis alumnos para que logren ser grandes profesionales.
La formación tiene varios niveles. Para ser un Experto Reflexoterapeuta, los alumnos se basan siempre en un protocolo a seguir, según el cual, lo primero a tener en cuenta es la manifestación: lo que pasa, lo que ocurre aquí y ahora, la dolencia, el síntoma o molestia, el tipo de dolor, emoción o energía que manifiesta el paciente.
A continuación, se centran en descubrir la constitución: aquello más oculto que ocasionó que apareciera y se manifestara el problema: estrés, miedos, creencias limitantes, etc.
Finalmente ponen todo el empeño en llegar a la raíz del problema considerando la genética, los patrones de comportamiento, etc.; desde la actualidad se irá retrocediendo hasta la etapa de gestación, incluso a veces hacia lo que la persona trae consigo en términos ancestrales.
Me viene a la cabeza el caso de una paciente que acude a consulta con un problema de cistitis acompañado de fiebre alta (manifestación). En la primera sesión mientras le realizo la historia clínica, me cuenta que tiene problemas en casa con su marido y que además acaban de tener un bebé. Me sigue contando cosas sobre ella, su familia, sus padres, marido, etc., y termina diciéndome que ella sabe que debería separarse, pero que por miedo a perder valor ante sus padres no toma la decisión (constitución).
Con lo que me ha contado, sitúo su problema en el elemente agua, que curiosamente está relacionado con los riñones y el sistema urinario. Atendiendo a la medicina tradicional china, nos indica que el miedo a vivir experiencias produce un bloqueo en el elemento agua, y a su vez este puede bloquear el elemento fuego, lo que nos puede explicar los episodios febriles.
Trabajé profundamente con ella las zonas reflejas relacionadas con estos elementos, además de realizar un trabajo de apoyo emocional y psicológico para ayudarla a superar esos miedos, y que pudiera tomar decisiones sin bloquearse y abandonarlas por sus creencias limitantes (raíz), y… ¿sabéis qué? En el momento que tomó la decisión de hacerse fuerte frente a su marido y hablar con sus padres, desaparecieron las cistitis…
¿Casualidad? Más bien ella también vio su oportunidad y corrió tras ella, y tenía al lado una terapeuta con amplia formación y experiencia que le apoyaba y acompañaba durante ese proceso.
Isabel Pérez Broncano
Creadora del Método Ranvvai de Reflexología Podal Integral
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral
No sé si existen las casualidades. Es verdad que, en ocasiones, se dan coincidencias que terminan teniendo una influencia fundamental en el transcurso de nuestra vida. Esas coincidencias y momentos especiales… ¿los llamamos?, ¿los atraemos? Quizá, incluso la respuesta a estas preguntas podría surgir de la misma casualidad o, por el contrario, de la voluntad por encontrar una explicación.
En mi caso, con respecto a la reflexología no identifico un momento preciso que pudiera relacionar con el despertar de mi atracción hacia esa terapia.
Y, sin embargo, siempre me ha interesado mucho y he leído lo que caía en mis manos sobre este tema, por ejemplo leía hace tiempo los artículos que publicaba Isabel y, al final, he terminado conociéndola y participando en sus cursos.
Por lo que pienso que, a veces, puede ser más causalidad que casualidad. Y la energía y el interés por aprender responden a una causa inicial y unas condiciones que luego se desarrollan progresivamente.
¡Estoy totalmente de acuerdo Pepa!
A mí me ha pasado, algunas coincidencias fueron influencias fundamentales en mi vida.
Si los llamamos o los atraemos, es un tema para debatir, personalmente creo al cien por cien en las causalidades, y me gusta mucho llamarles sincronías.
Podría decir que hace 40 años conocí la Reflexología por azar o casualidad y sin yo ser consciente, me estaba esperando para instalarse en mi vida y en mi alma 10 años después…
Bendito sea el llamar o atraer al azar, la coincidencia, la sincronía, o como lo queramos llamar.
Besos
Es cierto que hay casualidades rodeándonos, y algunas de ellas pueden resultar como una palanca que cambia nuestras vidas para siempre. El caso personal que nos cuentas es un ejemplo espectacular. En mi caso, la atención sobre la reflexología sucedió también por absoluta casualidad. Siendo niña, con 10 años —y de aquello hace ya varias décadas— cayó en mis manos una revista en la que había un anuncio pequeñito hablando de reflexología podal. Despertó mi atención inmediatamente. Mi vida fue transcurriendo por otros caminos, pero la semilla de la curiosidad por la reflexología quedó dentro de mí. Sabía que antes o después, cuando encontrase el lugar adecuado para hacerlo bien, la dejaría florecer. Y así ha sido.
Como te entiendo Bea, yo conocí la Reflexología cuando tenía un salón de belleza en el año 1975 y desde entonces, siempre supe que pasaría de cuidar de la belleza externa, a cuidar de la belleza interna y de la salud. 15 años después, estaba impartiendo cursos de Reflexología en la escuela más importante de España, el Centro Naturista Hipócrates. Entonces me pareció una casualidad, hoy se profundamente que mi Amor por la Reflexología, nació de una Causalidad y que desde entonces se han dado muchas Sincronías que me han hecho ver que más allá de que la Reflexología sea mi profesión, lo que estoy llevando a cabo es -Mi Misión de Vida-.
Un abrazo
Hoy decidí pasar a limpio mi borrador que llevaba sobre la mesa días pero antes quise leer los artículos de mis compis y las respuestas de Isabel.
OH MON DIEU !!! QUÉ ENRIQUECEDOR !!!
Naiara hace referencia a Ernesto Sabato , Isabel en su contestación a Kalil Gibran permitidme mencionar a Jung. A la casualidad él la llama sincronicidad «La simultaneidad de dos o más sucesos vinculados por el mismo sentido pero de manera no causal»es una conexión ; Isabel hace referencia a ella, entre sucesos, personas o informaciones a través de un hilo invisible…..
El maestro aparece cuando el alumno está preparado o dicho de otra manera tus pensamientos crean tu realidad.
Estemos atent@os al momento presente.
Sí Isabel lograrás que lleguemos a ser terapeutas sensibles, perceptibles , profesionales sabiendo como colocar las manos, el cuerpo teniendo en cuenta la manifestación, la constitución para llegar a la raíz del problema.
Gracias por todas estas reflexiones !
Fluyamos la Vida es Magia.
OH MON DIEU!!! QUÉ ENRIQUECEDOR!!!
Qué gusto leerte Montse, ¡toda expresividad!
De eso se trata, de que los artículos creen el suficiente interés como para que os sintáis invitadas a dejar comentarios y así entre todas sea un plus de intercambio de conocimiento.
Abrazo sentido.
Pienso que si todo fueran casualidades no creceríamos como personas ya que un factor determinante de que te ocurran cosas, de conflictos… es exactamente eso la oportunidad de aprender algo nuevo y si fueran casualidades no le daríamos la importancia que tienen los hechos, ya que todo pasa por algo y para algo. Y al verlo de esta manera se exprime mucho mas la sensación y se toma consciencia del momento.
Así lo entiendo yo querida Isa. Creo que no hay casualidades, sino causalidades, sincronicidad y que todo pasa por y para algo que necesitamos, aunque a veces lo que pase no nos guste nada… Estoy segura de que el Maestro aparece cuando el Alumno está preparado, ni antes, ni después.
Un abrazo
Cansada de la rutina de trabajar por las mañanas y dedicar mis tardes a tareas domésticas, niños y demás, pensé en que tenía que apuntarme a alguna actividad. De siempre me han gustado las manualidades, pero la idea no me entusiasmaba. Fue entonces cuando una amiga me dijo que no me agobiara tanto en averiguar qué hacer, y que me dedicará tiempo a mí, a cuidarme y dejarme mimar. Me sugirió que pidiera cita en algún centro para que me hicieran un masaje. Y casualidad o no, encontré por internet las jornadas reflexológicas de Ranvvai y fue así como descubrí la reflexología. De aquella sesión me lleve algo más que una hora de relax, se despertó en mí la curiosidad y el deseo de aprender y de querer ser yo la que diera ese instante de placer y bienestar a los demás.
En principio me matriculé al nivel básico. Mi idea era aprender la técnica para poderla aplicar a mi familia y amigos, y además no quería que la formación me quitara mucho tiempo, pues me estaba preparando una oposición. Sin embargo, tras mis dos primeros fines de semana de formación y aun habiendo ya dicho que no a la oferta que me hicieron en la escuela, rectifiqué y me lancé a esta nueva aventura que empiezo en breve con el nivel de experto.
Podía haber seguido preparando mi oposición, sin embargo opté por este otro camino.
¿Ha sido una casualidad? ¿O me he permitido dejar a un lado ciertos miedos, escuchar lo que deseo y entonces el mundo te lo pone en bandeja? Las casualidades no son tal si uno no se atreve ir tras ellas.
Y qué decir de la profesionalidad, pues que no estaba dentro de mis parámetros. Pero todo en la vida te puede sorprender, y mi sorpresa en lo que llevo de curso es que se está despertando un gusanillo, un run-run en la cabeza “y si yo diera reflexología en mi casa, o en una peluquería, herbolario…”, lo que viene siendo soñar despierto. No sé el tiempo que durará esa ilusión, ni si daré el salto a la profesionalidad, de lo que estoy segura es que lo estoy disfrutando y que me queda mucho por aprender. Difícil tarea tengo, pues de momento sin conocimientos, me parece complicadísimo saber reconocer las diferentes etapas del protocolo que se mencionan en el artículo: manifestación, constitución y llegar a la raíz del problema. El próximo fin de semana espero verlo con otros ojos.
“No hay casualidades sino destinos. No se encuentra sino lo que se busca, y se busca lo que en cierto modo está escondido en lo más profundo y oscuro de nuestro corazón. Porque si no, ¿cómo el encuentro con una misma persona no produce en dos seres los mismos resultados? ¿Por qué a uno el encuentro con un revolucionario lo lleva a la revolución y al otro lo deja indiferente? Razón por la cual parece como que uno termina por encontrarse al final con las personas que debe encontrar, quedando así la casualidad reducida a límites muy modestos. De modo que esos encuentros que en la vida de cada uno nos parecen asombrosos, no son otra cosa que la consecuencia de esas fuerzas desconocidas que nos aproximan a través de la multitud indiferente, como las limaduras de hierro se orientan a distancia hasta los polos de un poderoso imán; movimientos; movimientos que constituirían motivo de asombro para las limaduras si tuviesen alguna conciencia de sus actos sin alcanzar a tener, empero, un conocimiento pleno y total de la realidad. Así, marchamos un poco sonámbulos, hacia los seres que de algún modo son desde el comienzo nuestros destinatarios.”
Ernesto Sabato, Sobre héroes y tumbas
No hay casualidades sino causalidades que nos pone por delante el destino, y en nosotros está el verlas o no, el dedicarles atención o no. Siempre recurro al antiguo proverbio Zen que dice: «Cuando el Alumno esté preparado, aparecerá el Maestro»
No se encuentra sino lo que se busca, y se busca lo que en cierto modo está escondido en lo más profundo de nuestro inconsciente… así lo expresa Kalil Gibran en su obra, «El Profeta» en la parte, «El Conocimiento en sí mismo»
«En silencio, vuestros corazones, saben los secretos de los días y de las noches.
Mas vuestros oídos, ansían escuchar el eco del conocimiento de vuestro corazón.
Quisierais saber en palabras, lo que siempre supisteis en pensamiento.
Quisierais tocar con vuestros dedos, el desnudo cuerpo de vuestros sueños.
Y es bueno que así sea.
El recóndito manantial de vuestra alma, necesita brotar y correr murmurando hacia el mar.
Y el tesoro de vuestra profundidad infinita, se revelaría entonces a vuestros ojos.
Mas no tratéis de pesar en balanzas vuestro tesoro desconocido.
Ni explotéis las profundidades de vuestro conocimiento, con cayados ni sondas.
Porque el yo es un mar infinito, inconmensurable.
No digáis: “He hallado la verdad”, sino: “He hallado una verdad”.
No digáis: “He encontrado la senda del alma”. Decid más bien: “He encontrado al alma
caminando por mil caminos”.
Porque el alma camina por todas las sendas.
El alma no va en línea recta, ni crece como una caña.
El alma se despliega como un loto de innumerables pétalos»
¡Un abrazo grande!
Yo creo que las cosas siempre pasan por algo. Por eso creo que el llegar a hacer esta formación, aunque para mí me requiera un superesfuerzo, valdrá la pena, y no sería una casualidad si al pensar que no podía con todo apareciese esa voz, en este caso Ángela, que me hizo recapacitar y pensar que sí puedo. Suelto y confío. Gracias a todas por esta bonita casualidad.
Yoli, qué bueno que puedas estar cada día más despierta, puedas escuchar esa voz y darte cuenta de esto que explicas…
Hay cosas que dejan de ser «casualidades» para ser causalidades o lo que es lo mismo, ¡grandes mensajeros! Un abrazón grandote.
Puesto que todo efecto tiene una causa, tanto para la profesional como para la cliente, en este caso, se da el momento en el que se dan varias premisas para que el terapeuta sea el adecuado y la paciente realmente quiera y esté preparada para, con la ayuda de dicho profesional, en este caso Isabel, permita y se dé la autocuración del síntoma.
Aquí se ve que al contemplar en el tratamiento la ley de los cinco elementos etc.,de la Medicina Tradicional China,ayuda a que este caso concreto se resuelva, por decirlo de alguna forma, con más prontitud.
Cuando uno ama lo que es y lo que hace crea desde ese sentir, actúa para que se manifieste lo sembrado. La terapeuta cree y ama lo que hace y la cliente confía en la profesionalidad de la misma, aparte de que confía en los buenos resultados y por consiguiente hay una causa y un efecto.
Estimada Mari Ángeles, ¿causalidad…? ¿profesionalidad…? Saber hacer aquello que sea necesario para que el organismo del paciente conecte con la Sanación, a través de la suma de: Reflexología, Cinco Elementos de la MTC, Atención Plena, Empatía, No Juicio, etc. Aquello que le provoque poner en marcha los mecanismos de Auto-Curación que todo Ser Humano llevamos dentro. Siguiendo el paso a paso del Método Ranvvai, es sencillo, aunque sencillo no sea sinónimo de fácil.
Abrazón grandote
En mi caso, no sé si empezó como una casualidad ya que desde pequeña me gustaba mucho que me tocaran los pies y la cabeza, disfrutaba muchísimo y eran momentos mágicos entre mi mamá y yo.
Ya de grande al descubrir la Reflexología, fue una gran sorpresa saber que había profesionales que se dedicaban a terapias dirigidas a los pies y buscaba estos tratamientos pero para mí, ya que resultaban altamente reconfortantes y me recordaban mi infancia.
Siempre he sido muy curiosa con la cultura y las costumbres orientales específicamente el Feng Shui me llama mucho la atención y lo practico mucho en casa, por tal razón una amiga que conoce mis inquietudes me invitó a un taller de Reiki y quede fascinada. Lo que me llevo a hacer el curso y es ahí donde aparece mi gran casualidad, también daban Reflexología. Fue amor a primera vista, sólo quería terminar mi curso de Reiki para empezar el de Reflexología.
Encontré a Ranvvai también por casualidad, y me di cuenta de que en ella podía practicar y aprender más de Reflexología pero sobretodo combinarla con los cinco elementos de la Medicina Tradicional China, algo que para mí es maravilloso ya que me sigue llevando a conocer más esta cultura y a profundizar más en un aprendizaje en el cual tomamos en cuenta todos los aspectos de la vida para lograr los mejores resultados.
En fin, muchas casualidades y todas me llevan por el mismo camino, espero poder convertirme en una buena profesional.
Querida Haydeé, yo también confío en que captes muchos de mis conocimientos y puedas beber lo más posible de mis 30 años de experiencia para enriquecerte y aunar lo físico, lo psicológico, lo emocional y lo energético tanto para tu crecimiento personal como para tu profesión.
Deseo de corazón, y pondré todo mi empeño, en que termines haciendo tratamientos únicos y personalizados con el Método Ranvvai para que… ¡las «casualidades» se terminen convirtiendo en causalidades!
Un abrazo con todo mi cariño.
La casualidad existe cuando la persona está preparada y madura interiormente para realizar el cambio,sino es asi la casualidad u oportunidad pasará de largo.
Así es, Cristina, si la persona está preparada, ¡la casualidad se convierte en causalidad! Abrazosss
Pienso efectivamente, que las casualidades sólo son para las personas que no están seguras de sí misma y no saben aún, que es lo que quieren
Viviana, tú sí sabes lo que quieres y vas a por ello! Un abrazo! 😉