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Artículo publicado en la revista Espacio Humano. Nº 137, pág. 18. Enero 2010.

Con frecuencia, se hace mención a la personalidad como si fuera algo externo, como si se tratara de un vestido que cubre el cuerpo y que según a que acontecimiento se asista, uno puede cambiarse de modelo. También se habla de ella como si poseerla sólo consistiera en tener rasgos atractivos y admirables: encanto, honestidad, amabilidad, etc.

Pero la personalidad es más que eso, significa que cada persona tiene rasgos positivos y negativos que a veces puede saber o no que los tiene y que los muestra al mundo de diferentes maneras.
Resulta fácil hablar de aspectos o rasgos de la personalidad sin definir el término en sí, y por eso resulta fácil juzgar o calificar a alguien por sus actos sin realmente conocerle.
La personalidad es un patrón, compuesto de pensamientos y sentimientos que llevan a la persona, a tener una conducta y un comportamiento que persiste a lo largo del tiempo y de las situaciones, es un conjunto de características genéticas, físicas y sociales que determinan a un individuo. La anterior es una definición, que aunque larga, advierte dos cosas importantes: la primera, que la personalidad se refiere a aquellos aspectos que distinguen a un individuo de cualquier otro, y en este sentido la personalidad es característica de una persona y lo hace único.

La segunda, que la personalidad es una sola y aunque se actúe de diferente manera de acuerdo a la situación, ésta persiste a través del tiempo, la estructura de la personalidad no cambia.

Por otro lado, debemos tener en cuenta que la personalidad está estrechamente ligada a los genes, los cuales proporcionan una gran variedad de predisposiciones heredadas del padre y de la madre. Pero los patrones de comportamiento familiares, son semejantes a los genes, psicológica y energéticamente hablando; el ambiente social, cultural y las experiencias de la vida, se ocupan de moldear todas esas posibilidades en una dirección u otra. Por lo tanto, aunque podamos cambiar la conducta y la forma de comportarnos, lo hacemos en base a esas características de personalidad con las que hemos venido al mundo.
A veces camuflamos nuestra personalidad con la forma en que le mostramos al mundo y a nosotros mismos, algo diferente de lo que realmente somos. Estaríamos hablando de la “mascara” o del “personaje” que creamos inconscientemente con el ánimo de estar seguros y protegidos en el teatrillo de la vida.
Detrás de la mascara, nuestro cuerpo a través del lenguaje corporal, hablará alto y claro como el independentista mas poderoso, del mismo modo todo lo que el cuerpo es capaz de registrar va quedando grabado en los pies. Aun cuando nos encontráramos ante un gran actor perfectamente metido en su “personaje”, si pusiera al descubierto sus pies, estos le desenmascararían, dejando al descubierto su personalidad y no su personaje; nos encontraríamos con las diferencias, incoherencias y en definitiva con las dificultades internas de la persona. Ante algunas situaciones podemos sentirnos fuertes y seguros, pero si no nos ven así las personas que hay a nuestro alrededor, tendremos que cuestionarnos si somos así ó si es la imagen que queremos dar para sentirnos bien.

Salvo que realmente potenciemos nuestra fuerza y nuestra seguridad, a más teatrillo que hagamos, los demás nos seguirán viendo inseguros, débiles, solos y con necesidad de protección y aunque aparentemente no nos sintamos tal y como nos ve el mundo, hay algo en nuestro comportamiento que hace que nos vean así y a modo de espejo nos devuelven nuestra imagen real.
El trabajo terapéutico consiste en ser cada vez más consciente de la esencia, afrontando qué es lo que no vemos en nosotros mismos, qué es lo que nos impide conectar con nuestro ser real.

Hay muchas formas de tomar consciencia, la Reflexoterapia Podal es una de ellas. La Reflexoterapia no solo sirve para tratar problemas físicos que afectan al organismo, a través de la forma de los pies y de su estructura ósea se ve con claridad la estructura de personalidad. Las conductas y los comportamientos, las penas y las dificultades van dejando marcas en zonas concretas de los pies.
Por ejemplo, se puede apreciar en una persona con muchas preocupaciones cómo la zona que lo refleja tiene muchas arrugas y el tejido es débil. Del mismo modo, en alguien que muestre el primer dedo muy grande y enrojecido, la tendencia será una gran actividad mental y una excitación de su sistema nervioso.
Con el tratamiento de Reflexoterapia Integral y la aplicación del conocimiento de la Personalidad a través de los Pies iremos ayudando a la persona a desenmascararse, para que se sienta realmente segura de si misma, ayudándole a saber que la fuerza, la tranquilidad y la capacidad de dirigir su vida esta dentro de ella y no fuera, para aceptarse profundamente, quererse con sus luces y con sus sombras y que todo su lenguaje corporal transmita esa seguridad de pies a cabeza y no solo desde el deseo de la mente, creado por el miedo inconsciente.

Caso Real

Mujer de 30 años, trabajadora de una pequeña empresa de actividad creativa, trabaja 8 horas diarias y cuenta que aunque su trabajo le gusta, no es así con la forma en que le piden que lo desarrolle. Le gustaría tener más libertad y más capacidad de decisión en lo que realiza, expresa su deseo de tener su propia empresa, poder vivir sola y así desvincularse de sus padres. Según se va expresando, aparentemente muestra la necesidad de libertad, de decisión y de alcanzar una meta.
Muestra un pie muy pequeño, muy suave, con piel muy lisa, aparentemente son los pies de una niña. Su estructura es débil, recubierta de una capa fina de tejido blandito, con temperatura más bien fría y tendencia a humedecerse. La forma del pie en conjunto es armónica, sobre todo si se trataran de los pies de una niña, pero para una adulta, que expresa su deseo de independizarse personal y profesionalmente, tiene unos pies, que a demás de estás características, revelan un talón excesivamente pequeño, todo ello denota dificultades con las cosas materiales y dependencia material y emocional.
Para alcanzar su meta, hay que hacer todo un recorrido con esta persona a nivel terapéutico, tratando los órganos que le ayuden a desarrollar su capacidad de decisión, de practicidad y la desvinculen física y emocionalmente con los apegos y el miedo a la libertad, en definitiva, el miedo a la responsabilidad propia de los adultos.

Esta persona físicamente es pequeña, menuda y de aspecto frágil, su forma de vestir es informal y juvenil, lo que ayuda a creer, que estamos ante una adolescente y no frente a una mujer de 30 años. Al expresarse tiene dificultades para asumir su responsabilidad, permanentemente es el mundo el que esta contra ella, son los demás los que le crean las dificultades y aunque verbalmente pueda reconocer apoyo por parte de su padres, jefes y clientes; su tendencia general, de forma inconciente, es la queja y la insatisfacción.
Cuenta que por su aspecto físico en muchas ocasiones personales y profesionales es tratada como a una adolescente y sin embargo ella, se siente madura y muy responsable, y le asombra no transmitir esto.
Tendremos que conseguir que vea en ella y no en el mundo sus dificultades. Que se vaya haciendo consciente de lo que su aspecto físico le afecta y se responsabilice de este hecho tomando cartas en el asunto, para ello, le mostraremos qué zonas de sus pies vamos a reforzar con el tratamiento, se lo iremos explicando para que vea con claridad los cambios que ha de hacer.
Con el tratamiento de reflexoterapia, no haremos que la estructura ósea del pie cambie, esto es imposible, igual que es imposible cambiar la estructura de la personalidad, lo que haremos es dirigir el tratamiento para reforzar zonas reflejas que influyan en su capacidad reflexiva, en su valoración personal y la capaciten para mejorar su conducta y su comportamiento con el mundo.
El tratamiento de reflexoterapia, ayudado desde la personalidad a través de los pies, es un tratamiento que contempla los Cinco Elementos de la Medicina Tradicional China y los Cinco Parámetros de la Personalidad.
Desde los Cinco Elementos se trabajará el elemento tierra y el elemento agua, sus meridianos, sus órganos, sus sentidos, sus emociones, etc., para reforzar la acción reflexiva y responsable desde la tierra y la seguridad y el coraje desde el agua.
Con los Cinco Parámetros de la Personalidad, reforzaremos su personalidad a través de la pirámide de Maslow, para que logre que sus necesidades humanas se vean cubiertas desde los cimientos, y así otras necesidades como la seguridad, la protección, la pertenencia, el amor, el éxito, el prestigio y la necesidad de autorrealización sean potenciadas.

«Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender.». Marie Curie

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Isabel Pérez Broncano

Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral.

Directora de ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales.

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