En tu trabajo como Reflexólogo, ¿sabes que los pacientes pueden venir a tratarse buscando relajación, alivio inmediato de algún síntoma o molestia o con alguna enfermedad importante?
Para atender cualquiera de estos casos, el terapeuta tendrá que estar muy bien preparado. Contar con una sólida y completa formación, marcará la diferencia entre un Reflexólogo y otro. El que ayuda al paciente a resolver cualquier tipo de problema será un Excelente Terapeuta.
Si realmente deseas lo mejor para el paciente y lo que quieres es darle una verdadera solución a su problema, es importante identificar qué es lo que le pasa realmente para encaminarle de nuevo hacia la salud y el bienestar. ¿Será fácil? ¡Sí! Tan solo hay que garantizarse una gran preparación.
Formarse con los mejores maestros, buscar además de teorías, experiencia terapéutica en la formación y que ésta sea multi-disciplinar, será la clave.
Como terapeuta y Reflexólogo tendrás la importantísima labor de ayudar a quienes han perdido su salud o a los que la tienen disminuida. Como creo que la enfermedad antes de dar la cara en el cuerpo físico, ha estado haciendo un recorrido por territorios más sutiles, como el emocional, el psicológico o el energético, hoy te hablaré de la importancia del aspecto psicológico, ya que una de las premisas para ayudar mejor a tu paciente será tu propio crecimiento personal y todo lo que eso conlleva.
Si lo que deseas es ayudar a otros, primero tendrás que haber lidiado contigo mismo para conocer cada rincón de tú ser interior, tanto las luces como las sombras. Este es un trabajo vital, que requiere de una conciencia abierta y una apertura hacia la vida para integrar todo aquello que llega a través de ella, creciendo continuamente y sabiendo que nunca se llega al crecimiento completo y absoluto.
En cualquier profesión hay que crecer pero más aún si eres terapeuta y quieres guiar a otros en sus Vidas. Médico cúrate a ti mismo, es un dicho hebreo que recuerda que para plasmar algo en otros y en la sociedad, primero hay que trabajarlo y cultivarlo en uno mismo. Quien predica unos determinados valores y enseñanzas sin ponerlas en práctica se quedará en eso, en meros conceptos teóricos y su incoherencia, poco podrá inspirar a los demás.
Como terapeuta, conocer los claroscuros del propio ser, supone mirar de frente la sombra personal, aquella que Gustav Jung definía como ese lugar en el cual residen los miedos, las inseguridades, los impulsos y las emociones reprimidas.
Transitar por mundos oscuros hacia la parte más desconocida aporta sabiduría, comprensión y, sobre todo, un exquisito conocimiento acerca de uno mismo. Así se refleja la experiencia de Buda en su propia búsqueda:
“Como sería si en una noche oscura, sin luna, tuviese que entrar en los lugares más extraños y aterradores, cerca de tumbas y en la espesura del bosque, de modo que llegase a entender que es el miedo y el terror. Y al hacerlo, un animal se acercaría o el viento susurraría a través de las hojas y yo pensaría: “quizá ahora viene el miedo y el terror”. Y decidido a disipar el poder del miedo y del terror, me quedaría en cualquier postura en la que estuviese, sentado o de pie, caminando o tumbado. No me movería hasta que no hubiera enfrentado el miedo y el terror en esa postura, hasta que no me viese libre de su poder… Y teniendo esto presente, así lo hice. Enfrentando el miedo y el terror, me liberé”
(Siddhartha Gautama)
Instruir en conceptos de paciencia, calma mental, salud física, buena alimentación, etc., requiere que tus propias acciones como Reflexólogo y terapeuta viajen en la misma dirección. Si no, caerás en el error de ser como aquel profesional de la salud que aconseja una pérdida de peso a las personas con colesterol alto mientras él muestra bastantes kilos de más, apareciendo ante los demás, con absoluta incongruencia entre lo que dice y hace, y convirtiéndose en una persona poco creíble. Será un terapeuta que no ha llegado a integrar los conocimientos teóricos llevándolos a la práctica, y lo mismo le pasará al Reflexólogo.
[Tweet «En cualquier profesión hay que #crecer pero más aún si eres #terapeuta»]
Esta es la razón por la que para transmitir equilibrio, calma, paz, tranquilidad y serenidad a las personas que acudan a tus terapias, tú serás el primero en el cual deben verse reflejadas. Empatía, escucha activa, aceptación, asertividad son actitudes que diferencian a un buen Reflexólogo y Terapeuta entre muchos otros.
La diferencia reside, principalmente, en enseñarlo y transmitirlo desde haberlo experimentado. Hacer del tratamiento un baile de formas y figuras que hagan resonar estas bellas actitudes, un lugar privilegiado en el cual sin decir, pero diciéndolo todo, la otra persona adquiera sabiduría para descubrir otra forma de vivir. Dice Claudio Naranjo:
“El profesional con habilidades terapéuticas es, sobre todo, aquel que puede producir acción real, más allá de las acciones superficiales, las cuales, si no están respaldadas por la actitud apropiada, no son más que un ritual vacío. Cualquier libro puede describir una técnica, pero una actitud debe ser transmitida por una persona”
Si entendemos que la terapia es un dialogo entre dos personas dirigidas a la ayuda y el crecimiento de uno de ellos, es inevitable que haya humanidad, que haya apertura, calidez y cercanía.
Desde la Terapia Gestáltica su fundador Fritz Perls, invita al terapeuta a mostrarse natural frente a la persona, a ser él mismo en el proceso terapéutico. Pero para ser uno mismo en terapia, previamente hay que conquistar la naturaleza personal. Un descubrimiento genuino y auténtico, que conlleva autoconocimiento y autoaceptación de las partes más potenciadoras y limitadoras de uno mismo.
El terapeuta, al igual que el Reflexólogo, trabaja su psicología, inteligencia emocional y sus bloqueos emocionales. Toma conciencia de sus propias proyecciones y se da cuenta de manera consciente de que las puede volcar sobre el paciente y aprende a que no sea así, para evitar enganches emocionales y juicios de valor. También trabaja su mente para lograr desarrollar una gran concentración para que ésta, le lleve a lograr conectar con las partes adormecidas de su intuición.
La comunicación asertiva del Reflexólogo es otro aspecto importante porque una vez superadas las propias dificultades, puede trabajar con las dificultades de comunicación que tengan sus pacientes.
Si eres una persona que estás buscando formarte en una nueva profesión o quieres ampliar tu formación terapéutica, mi recomendación, basada en mi experiencia terapéutica y didáctica desde 1989, es que busques aquella escuela y formación que sea más afín con tu valores y tus creencias, que te enfoques en lograr tu Sueño y que tu Sueño está alineado con tu Misión. Con estas premisas es mucho más fácil que lo que aprendas, lo puedas poner en práctica y que el Éxito Terapéutico esté asegurado.
Cómo Directora de la Escuela de Reflexologías y creadora del Método Ranvvai, hago mucho hincapié en la importancia de la transformación personal del terapeuta Reflexólogo, en el valor que tiene identificar y afrontar las propias limitaciones para después, comprender mejor las del paciente y convertirse en un modelo a seguir.
Desde la Reflexoterapia Integral más avanzada basada en la Ley de los Cinco Elementos de la Medicina Tradicional China, y otras terapias complementarias podremos tratar cualquier problema físico, psicológico, emocional, dietético y energético de los pacientes.
Creo firmemente que un Terapeuta Excelente es un ¡Terapeuta Multi-Disciplinar! Cuanto más sepas, mejor podrás ayudar a los demás. ¡Más vidas cambiarás y más pleno y realizado te sentirás!
Es absolutamente comprensible que aquel que se dedique a la sanación, sienta una especial vocación hacia esta profesión, habiendo descubierto así un camino infinito e inmenso de posibilidades y tesoros en la esencia humana.
¿Quieres formarte como Reflexólogo?
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Artículo publicado en la revista Espacio Humano. Nº 199, pág. 32. Septiembre 2015.
Isabel Pérez Broncano.
Reflexóloga – Autora del libro Reflexología Integral.
Directora de Ranvvai Escuela de Reflexologías y Centro de Terapias Naturales.
Excelente artículo
Se necesitan personas como tú
Gracias
Muchas gracias Ana! hago lo que me apasiona y enamora, así me es fácil poner lo mejor de mí…
un abrazo
Me ha encantado el artículo. Para personas, que como yo, estamos empezando en esta profesión, es muy alentador e importante saber que hay personas que aman su profesión y se dedican en cuerpo y alma.. dicho literalmente. A mi personalmente me ayuda y me da un aliciente este artículo, sabiendo que lo que estoy aprendiendo me ayudará a mejorar la vida de personas y a la vez la mía propia, va a ser un servicio recíproco y eso es muy enriquecedor. Gracias por tus palabras Isabel !!
Hola Encarna! Esta profesión necesita personas como tú, responsables y comprometidas con su formación no solo práctica y teórica, sino todo lo que engloba ser un Reflexoterapeuta Multidisciplinar. Un abrazo grande y sigue con esa actitud, ¡llegarás lejos!
Magnifico artículo, con el que estoy totalmente de acuerdo. No puedes dar lo que no tienes y para ser un buen terapeuta tienes que primero ser tu un ejemplo para tus pacientes, solo así tendrán confianza en tí, y segundo no dejar de formarte porque aunque dicen que menos es más, a veces más es más sin lugar a dudas. No es lo mismo que puedas tratar a un paciente solo con reflexología podal, a que puedas ayudarle también con su alimentación, enseñarle técnicas de relajación, poder hablarle de que antes de que se manifieste una enfermedad antes ha dado algunas «sutiles voces de alarma» que no hemos querido hacer caso y escuchar, poder tener una comunicación con tu paciente mediante la cual el se sienta comprendido, escuchado, que se vaya de la consulta totalmente recargado, todo esto se consigue siendo un reflexólogo multidisciplinar.
He tenido maestros de otras terapias que hacían lo contrario de lo que enseñaban, eso solo me creó desconfianza y me di cuenta de que su formación no era buena, había muchas mejores que las suyas, igual que ahora se dice mucho esa frase de «eres lo que comes» no podemos dar lo que no somos y esto para un buen terapeuta es indispensable.
Gema, es un placer encontrar gente como tú, con esa conciencia terapéutica de lo que hay que hacer para poder predicar con el ejemplo. Yo también me encontré Maestros que decían una cosa y luego hacían otra, y… ¿sabes lo que aprendí de ellos? Que era justamente lo que no tenía que hacer si quería ser una buena Maestra. Muchas gracias por tu reconocimientos y por tus palabras. Un abrazo grande.